Desde tiempos remotos el hombre ha tenido la necesidad de proteger sus pertenencias. El modo de hacerlo ha ido evolucionando conforme a la aparición de nuevos materiales, la naturaleza del bien a proteger y el contexto económico y social de la época.

Se considera que la primera caja de cartón se inventó en China en el siglo XVI, aunque no fue hasta finales del siglo XIX cuando se popularizó tal y como hoy la conocemos.

Con la segunda Revolución Industrial, el uso del cartón para embalar la mercancía se extendió, al tiempo que aparecieron nuevos materiales como el metal o el plástico que respondían a las exigencias del transporte de mercancías.

Embalajes de cartón

Embalajes de cartón

Con la globalización en la segunda mitad del siglo XX, el embalaje se convirtió en una pieza clave en la cadena de suministro. A lo largo de las últimas décadas se han utilizado envases fabricados con distintos materiales: cartón, vidrio, madera, metal, plástico, biopolímeros, etc.

Sin embargo, la escasez de recursos y la amenaza del cambio climático han obligado a la industria a buscar alternativas a los embalajes de siempre, sin olvidar su propósito de proteger la mercancía.

Con el cambio de siglo, los sectores del embalaje, el transporte y la distribución afrontan un nuevo desafío: la demanda de sistemas de packaging sostenibles,  impulsados por normativas de carácter medioambiental y las preferencias de un consumidor cada vez más concienciado con la ecología.

 ¿Qué se entiende por embalaje sostenible?

El embalaje sostenible persigue una mayor planificación en el ciclo de vida del envase. Para ello se basa en los principios de la Economía Circular: rediseñar, reducir, reutilizar, reparar, renovar, recuperar y reciclar. En la práctica, esto supone reducir al máximo la cantidad de materia prima en nuestro embalaje, que se pueda reciclar o reutilizar.

Así, hablaremos de embalaje sostenible cuando:

  1. Limita el peso y volumen al mínimo necesario en cajas, palets o en contenedores para proteger la mercancía.

  2. Está fabricado con materiales ecológicos como cartón o plásticos reciclables. En caso de emplear madera, esta procede de bosques de tala sostenible.

  3. Puede ser reutilizado para el mimo fin o reciclado para generar nuevos materiales.

  4. No genera residuos contaminantes ni peligrosos para el medioambiente o las personas.

  5. Las tintas y pinturas que emplea son de origen ecológico.

Qué beneficios tiene para las empresas utilizar un embalaje sostenible

Además de preservar el medioambiente, los embalajes sostenibles aportan ventajas a las empresas que los utilizan.

Embalaje sostenible

Embalaje sostenible

Un menor consumo de embalaje implica un ahorro en materia prima y otros procesos derivados del transporte y la logística, como la reducción de tiempos en movimientos internos y una menor necesidad de espacio de almacenamiento.

A menor consumo de embalajes, menos residuos. A esto hay que añadir que si el embalaje es reutilizable y/o reciclable, la empresa puede generar nuevos beneficios, transformando o vendiendo dichos residuos a otras organizaciones, que puedan emplearlos en sus procesos internos o como materia prima.

 

No hay que olvidar que los consumidores confían en marcas ambientalmente responsables. Las empresas que utilizan envases y embalajes sostenibles ven reforzada su imagen y reputación social.